sábado, 10 de abril de 2010

Punto Final (D. Rodríguez)

Veo cómo se acerca.
Veo cómo se aleja.

Tengo tus silencios en desorden.
Absolutamente se escapan las realidades para haberme enamorado sólo de mí. Siempre de mí.
Sólo tus ojos hoy no son parte de esta tristeza.
Pensé en una lágrima. Mi mirada gotea, a veces espera.
Te dejo engañando felicidad.
¿Dónde te escondes?
Cuando descubro la noche de todas mis preguntas, es cuando le doy gracias a tu falta de palabras por toda esta amargura.

Un punto final a costa de tantas letras ácidas. Eso es lo que me propongo después de las búsquedas.
Quería ver tu sonrisa, no lo logré.
Quería darte mis manos, no las quisiste.
Te dejo apartando cariños en sorpresa y espero que a tu edad, comprendas que no es suficiente llenar con abreviaturas las entregas sinceras de cada corazón.
Es cierto que cayó el mundo en mis hombros y es cierto que renuncié por siempre.

Todos los anhelos estaban en tus labios y todas mis poesías estaban en tu nombre.
¿A dónde te fuiste? Desperté pensando en ti más que ayer, pero no pretendo volver.
Mi única reserva es aceptar que estás fuera de mi vida. Te vas sin poder dejar claro el desconsuelo. Te vas lejos, tanto que ya no podrás construirme mentiras para mi bienvenida. Vete lejos sin dudarlo, yo aquí espero un nuevo pasaje hacia el idealismo correspondido.
Espero algo que no convierta en deshechos los sentimientos del alma mía. Aquí espero a mi corazón de vuelta. Tú no me lo darás y no creo que te importe.

En donde quiera que te encuentres es mejor saber que no contestarás. Y si decides regresar, verás al fantasma de una emoción floreciente que quería ser tuya.
Aun guardo las grietas en mi pecho. Todos me preguntan que cuánto tiempo ha trascurrido y yo sigo comprando las anclas del pasado o sólo me cuesta evadirme.

Ángel sin alas. Tengo ganas de retornar al que era mi cielo.

Ya encontré el trastorno y ¿qué me queda? Ahora invento tantas alegorías y suele cansarse mi boca porque todo me habla de ti.
Sabiendo que necesito volver a volar, te escribo estas líneas aunque no sirvan en tu nueva estación.

Ya encontré el camino y por último te digo que sí lo soñé aunque escapé de tus memorias.
Te escribo mi prosa con todo y su sangre. Te escribo renglones que no escucharás. Es el desenlace de mi ironía.

Basta de engrandecerte entre mis letras. Me despido dando paso a mis sentidos y es todo lo que tenía que decir.

18/diciembre/09

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