sábado, 10 de abril de 2010

El mundo de mi egolatría (D. Rodríguez)

Hasta las cenizas se lamentan por un rato.
Hasta las equinas se detienen en asombro.
Se que si esta mañana se me olvida tu ventana, estaré volando y no sabrás de mí.
Deja caer el mundo de mi egolatría, porque admito que no estoy en tu cabeza para enfrentar tus decisiones o entender tus errores.
Basta ya de esta silueta, basta de tantas vueltas de una sola estupidez.
Sin fundamentos te quedas y yo estorbo en tus fantasías al vacío.
Letras que lloran por dentro, así es como vivo un último instante.
Apenas encuentro el temor en mis garras.
Me quedo con mi sonrisa y mi música que suena en cada escena de mi locura.
Todas mis equivocaciones están plasmadas.
Toda la decepción en mí se jacta de no tener razones para ser lo que hoy soy.
Soy un remedo de inocencia que pretende estar a la mitad.
Soy una burla de lamentos que voltea para mirar hacia atrás. Donde me perdono por no merecer más satisfacciones. En donde rescato mis obsesiones, donde se queda mi cerebro un día más.
Soy la hipocresía inversa.
Soy una canción que se rompe en deseos.
Soy las esporas de un invento para no quedar tan lejos.
Busco la señal que me indique en qué punto empezó a importarme.
En qué estación desnudé la superficie de mi juicio.
Tal vez no comprendas, sólo escucha este grito que pide sobriedad.
¿Por qué mejor no me voy a la mierda?
En esas mentiras verosímiles aparezco, con poco para entregar mis ambiciones.
No puedo alcanzar a ver las armonías. ¡Ayúdame!, que no tengo la solución a todos mis complejos. ¡Sálvame¡ que la lluvia ha llegado para embriagar mi confusión.

15/noviembre/09

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